7 ago 2008

"Un rey republicano en el trono de España"

José Bonaparte (Corte, Córcega, 1768-Florencia, Italia, 1844) fue rey de España durante el período 1808-1813. La figura política de este monarca es bien distinta de la que se ha difundido en la Península, pues debido a su origen extranjero y a que fue impuesto como jefe de Estado --en el marco de los planes paneuropeos que alimentaba su autoritario pariente, Napoleón-- los historiadores oficialistas han ofrecido una imagen sesgada de Pepe Botella, tal fue el apodo con el que José Bonaparte fue bautizado por la nobleza fernandista (los partidarios del absolutista Fernando VII) y que se popularizó en el Madrid de la época.
Esa imagen totalmente negativa ha sido cultivada con sospechoso mimo hasta hoy.
Recién celebrado el 200º aniversario del levantamiento del 2 de mayo, que fue tan anti-francés como ultraconservador, es una buena ocasión para leer Un rey republicano en el trono de España, de Manuel Moreno Alonso, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, autor de la primera biografía completa en lengua castellana de un rey que, pese a ser repudiado por la mayoría de la población, es obligado remarcar que fue el primer monarca constitucional de España.
Admiro el sentimiento de insensato honor que inflama a los bravos españoles --comentó Stendhal, persona poco sospechosa de irracional--, pero ¡que diferencia para su felicidad si desde 1808 hubieran sido gobernados por el prudente José y por su constitución!
El primer rey constitucional de España pretendía poner coto a ciertos males genuinamente españoles --improvisación, pereza, envidia, dogmatismo, endogamia funcionarial y económica…-- e imponer la luz de la ilustración y del incipiente cientifismo que triunfaban en Francia y otros países centroeuropeos.
En el fondo y en muchas de sus formas, José Bonaparte era republicano --de hecho, había participado en la Revolución Francesa--, principios que abrazó de forma inequívoca tras su salida de España, exiliándose en los casi recién nacidos Estados Unidos, país que por aquel entonces era un laboratorio de experiencias en los ámbitos institucional y jurídico-político.
José Bonaparte, estigmatizado como el Intruso, fue sustituido por Fernando VII, corresponsable original de que durante el siglo XIX España fuera el único gran país de Europa, junto a Rusia, que permaneció al margen de los sucesivos cambios sociales, económicos e institucionales que caracterizaron la transición del antiguo régimen al Estado moderno.
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