
No es un libro científico al uso, pero tampoco es una colección de ocurrencias desgranadas al tutún. El contenido, cuya redacción es amena e incluso divertida, tiene base científica y es racional.
La pareja de autores ha realizado una vasta investigación, ha consultado cientos de estadísticas, ambos conocen a fondo la fisiología de ambos sexos, etcétera y etcétera y, por tanto, logran analizar y exponer con alto grado de objetividad las relaciones entre unos y otras, o entre unas y otros…
Allan y Barbara Pease o Barbara y Allan Pease han vendido más de veinte millones de ejemplares de sus libros, que han sido traducidos a medio centenar de idiomas, datos que, aparte de probar el éxito editorial y personal que han logrado, certifican sin sombra de duda lo que todo humano/a sabe: las relaciones entre ambos sexos interesan y mucho.
¿Y a usted, le interesa? Pues ahí van otros cuatro párrafos del libro para abrir boca:
"La cultura ha cambiado en estos últimos 50 años, pero la psicología evolutiva necesita miles para modificarse. Así que las mujeres aún atraen a los hombres con la promesa, más o menos vaga, de sexo y ellos, con la promesa, más o menos vaga, de recursos";
"La biología no persigue nuestra felicidad sino mejorar la especie. Ellas tienen pocos óvulos y años de fertilidad, así que aseguran su apuesta: toda sus emociones se dirigen a la búsqueda del varón que invierta recursos en ellas y discriminan a la mayoría de solicitantes que sólo quieren disfrutar un ratito";
"Bajo el maquillaje cultural, la realidad evolutiva persiste: los hombres seguimos teniendo veinte veces más testosterona que ellas y un impulso sexual proporcional. Por eso, las mujeres buscan que un hombre les solucione todos sus pequeños problemas, y los hombres, que todas las mujeres nos solucionen nuestro pequeño problema";
"Incluso en una orgía, las señoras son más atraídas por quienes, además de buen cuerpo, muestran recursos y compromiso. También por eso los hombres ricos (test de Pollet-Nettle, Newcastle 2008) proporcionan más orgasmos a sus parejas. De ahí que la motivación de un varón siempre sea acumular recursos";
Y para redondear, uno de los párrafos más logrados del libro: "Si ella le descubre una infidelidad, lo primero que le pregunta es: ¿La quieres?, o sea: ¿Le darás tus recursos? Y el idiota contesta, aliviado: No, cariño, sólo ha sido sexo (...) Ella no le cree: ninguna mujer puede concebir el sexo sin una mínima implicación emocional. Así que ella lo abandona y el idiota aún se pregunta por qué".
Edita AMAT
Mucho sexismo rodeados de antiguos topicos :)
ResponderEliminarUn saludo