La vida y la muerte me están desgastando narra los avatares del terrateniente Ximen Nao, que es ejecutado y baja al inframundo, donde le condenan de forma injusta a reencarnarse en un burro. Así arranca una serie de vidas, muertes y transmigraciones en distintos animales que agotan al protagonista pero que nunca le hacen olvidar su esencia humana. En cada una de las reencarnaciones, el terrateniente sufre una injusticia que sirve para que conozca la vida cotidiana en un condado de China, lo que el autor utiliza para criticar distintos aspectos del régimen comunista mediante un relato en el que también hay humor.
El autor, Mo Yan (en chino, no hablar), ha precisado que tardó 43 días en escribir lesta novela y en caracteres chinos y a mano, si bien tardó 43 años en concebirla --ha puntualizado-- porque refiere vivencias que incluso se remontan a cuando él era adolescente y empezaba a comprender, siquiera parcialmente, la realidad.
La traducción del original, trabajo que en el caso de una lengua oriental debe ser tenida en cuenta, es del acreditado Carlos Ossés.
Mo Yan (1955), que reside en Pekín, nació en la provincia de Shandong, en un ambiente rural y en el seno de una familia de agricultores. Trabajó en una fábrica durante la Revolución Cultural maoísta y se enroló en el Ejército Popular de Liberación "para comer todos los días", según él ha precisado. Comenzó a escribir en 1981, cuando aún estaba en el ejército, para el que acabó trabajando como profesor de Literatura en la Academia Cultural de las Fuerzas Armadas.
El pasado 5 de marzo, Mo Yan recibió el Newman Prize que otorga anualmente un jurado internacional a una obra escrita en chino.
Edita KAILAS
CON ANTERIORIDAD, del mismo autor y en CDL: "Grandes pechos, amplias caderas".
Este chino narra una historia que no se parece a ninguna que haya leído antes: humana pero fantasiosa, histórica y divertida, de un hombre que ve su entorno desde la perspectiva de los animales en los que se va reencarnando. Merecen la pena sus casi 800 páginas.
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