"Como una ola hecha de todas las olas", así consideraba Pablo Neruda el latido de sus versos. Así lo hemos percibido también millones de lectores para quienes son lo que el propio poeta deseaba "un relámpago de fulgor persistente", una revelación, un Pentecostés deslumbrante e impetuoso.
"En la casa de la poesía no permanece nada, sino que fue escrito con sangre para ser escuchado con sangre", anticipó Vallejo y el gran Rubén Darío, a quien Neruda y García Lorca rindieron, a dúo, tributo de admiración, porque "fuera de normas, formas y escuelas" en él vibraba la verdad de una palabra creadora. Con ellos se enseñoreaba de las letras hispánicas la voz de América.
"En la casa de la poesía no permanece nada, sino que fue escrito con sangre para ser escuchado con sangre", anticipó Vallejo y el gran Rubén Darío, a quien Neruda y García Lorca rindieron, a dúo, tributo de admiración, porque "fuera de normas, formas y escuelas" en él vibraba la verdad de una palabra creadora. Con ellos se enseñoreaba de las letras hispánicas la voz de América.
La de Neruda tiene un alcance universalizador; se propone explorar todo lo real, para recrearlo y depurarlo en el canto. Pero en la mayor parte de su obra, naturaleza y sociedad gravitan hacia una visión unitaria de la geografía y la historia de América. De ahí que la Real Academia Española y la Asociación de Academias hayan querido agavillar esta Antología general para rendir homenaje a Neruda, junto con su colega de Nobel, Gabriela Mistral, en el V Congreso Internacional de la Lengua que se ha celebrado precisamente en Valparaíso, ciudad a la que Neruda estuvo muy vinculado.
Se han encargado de su compilación el académico chileno Hernán Loyola, que, en diálogo con la asociación, ha logrado perfilar una excelente guía para poder seguir, en dos capítulos, toda la aventura creadora que fue jalonando la vida del gran poeta.
A los textos se añade un inédito vinculado a Valparaíso. El abogado Nurieldín Hermosilla nos ha cedido para su publicación un curioso escrito con el que Neruda quiso agradecer la protección que en 1948 le brindó una familia de Valparaíso cuando era perseguido por la dictadura militar.
Introducen y acompañan la lectura casi una docena de estudios que abre en la primera parte Jorge Edwards (Academia Chilena) con un testimonio personal, una crónica de la última etapa de la vida del gran poeta. Alain Sicard (Academia Cubana) se ocupa, en una visión de conjunto, de los grandes temas sobre los que gira la poesía del Nobel chileno, en tanto que Selena Millares (Universidad autónoma de Madrid) afronta el estudio de sus poéticas y de la intertextualidad que Neruda establece con diversas tradiciones poéticas. El propio Hernán Loyola (Academia Chilena) cierra este bloque con la explicación de la selección realizada y de su periodización, lo que equivale a un estudio sintético de la obra.
En la segunda parte, la sección “Evocaciones y lecturas nerudianas” reúne las colaboraciones de Marco Martos Carrera (presidente de la Academia Peruana), Neruda en el corazón; José Luis Vega (director de la Academia Puertorriqueña), La visión trágica en la poesía de Pablo Neruda; Pere Gimferrer (Real Academia Española), El espacio verbal de Neruda; Andrés Gallardo (Academia Chilena), Pablo Neruda y la lengua castellana; Francisco Brines (Real Academia Española), Neruda y García Lorca: la imitación como intensificación poética, y de Eduardo Lizalde (Academia Mexicana), Neruda, río.
Cierran el volumen una Bibliografía esencial, preparada por Hernán Loyola, un glosario de voces y un índice onomástico preparados por Manuel Jofré (Fundación Pablo Neruda), en colaboración con un equipo de la Real Academia Española integrado por Carlos Domínguez y Abraham Madroñal.
[El texto transcrito es el de la presentación editorial del libro]
Edita ALFAGUARA, en colaboración con la ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
A los textos se añade un inédito vinculado a Valparaíso. El abogado Nurieldín Hermosilla nos ha cedido para su publicación un curioso escrito con el que Neruda quiso agradecer la protección que en 1948 le brindó una familia de Valparaíso cuando era perseguido por la dictadura militar.
Introducen y acompañan la lectura casi una docena de estudios que abre en la primera parte Jorge Edwards (Academia Chilena) con un testimonio personal, una crónica de la última etapa de la vida del gran poeta. Alain Sicard (Academia Cubana) se ocupa, en una visión de conjunto, de los grandes temas sobre los que gira la poesía del Nobel chileno, en tanto que Selena Millares (Universidad autónoma de Madrid) afronta el estudio de sus poéticas y de la intertextualidad que Neruda establece con diversas tradiciones poéticas. El propio Hernán Loyola (Academia Chilena) cierra este bloque con la explicación de la selección realizada y de su periodización, lo que equivale a un estudio sintético de la obra.
En la segunda parte, la sección “Evocaciones y lecturas nerudianas” reúne las colaboraciones de Marco Martos Carrera (presidente de la Academia Peruana), Neruda en el corazón; José Luis Vega (director de la Academia Puertorriqueña), La visión trágica en la poesía de Pablo Neruda; Pere Gimferrer (Real Academia Española), El espacio verbal de Neruda; Andrés Gallardo (Academia Chilena), Pablo Neruda y la lengua castellana; Francisco Brines (Real Academia Española), Neruda y García Lorca: la imitación como intensificación poética, y de Eduardo Lizalde (Academia Mexicana), Neruda, río.
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