Una de las dificultades que entorpece la divulgación científica, y con ello el respeto a la ciencia, es el lenguaje que emplean la mayoría de los científicos; muchos de los cuales, por ende, apenas saben explicar nada sin recurrir a la jerga de su especialidad correspondiente. No cabe hablar de culpas, pero sí de responsabilidades no asumidas o mal entendidas, o de la escasa conciencia social de algunos científicos y a veces --cada vez menos, afortunadamente-- esa incapacidad comunicativa no es tal sino que obedece a una actitud premeditada, pues hay quienes gustan de ocultar los conocimientos, amen de otras causas.
Sabedora de esas y otras barreras, Andrea Frova ha escrito este libro para, de forma directa y clara, exponer las explicaciones científicas de fenómenos que están presentes en la vida cotidiana y cuyas causas, tal vez por su proximidad, casi nadie se plantea.
El libro está dividido en capítulos temáticos y esta nueva edición, revisada y actualizada, expone y explora numerosas situaciones cotidianas, desde la conservación de los alimentos hasta el funcionamiento de los electrodomésticos, pasando por diversos fenómenos naturales. Es un libro instructivo, de fácil comprensión y que incluso puede ser útil en las aulas.
Edita ALIANZA









La tasa anual de libros leídos por los españoles mayores de 14 años que se declaran lectores habituales es de 9,3; y las horas dedicadas a la lectura entre los encuestados que declaran leer como mínimo alguna vez a la semana --que suponen el 40,2% de los mayores de 14 años-- es de 6,4 horas semanales. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del