El coautor de Oh, Jerusalén o ¿Arde París? y autor de La ciudad de la alegría o Más grandes que el amor, Dominique Lapierre, regresa a primer plano de la actualidad editorial con Un arco iris en la noche.
Se trata de la historia novelada de Sudáfrica, territorio que entró en la historia del mundo que escriben los europeos en 1487, con la llegada de un navío portugués comandado por Bartolomé Díaz. Los portugueses fundaron una pequeña localidad, junto al que bautizaron Cabo de Buena Esperanza, a fin de garantizar el avituallamiento de los barcos que navegaban hacia la India.
Casi dos siglos después, en 1652, un grupo de holandeses --que navegaban bajo la órdenes de Jan van Riebeek-- que trabajaba para la poderosa Compañía de las Indias Orientales también se estableció en la zona para, entre otras cosas, cultivar verduras y aprovisionar a las tripulaciones de los buques que se dirigían hacia Indonesia, fundamentalmente para disponer de alimentos frescos y combatir el escorbuto.
Sin embargo, mientras los portugueses se limitaron a mantener su destacamento como servicio logístico para su flota, los calvinistas de los Países Bajos se adentraron en el país, descubrieron la feracidad de sus tierras y la existencia de oro y diamantes. Al paso de medio siglo, varios miles de holandeses y flamencos más unos cientos de alemanes ya controlaban vastas zonas. Así se creó la nación de los boer (luego más conocidos como afrikaners), que a principios del siglo XX pasó a ser colonia británica.
Los afrikaners y los anglosajones convivieron y se repartieron las riquezas con relativa armonía hasta poco antes de estallar la segunda guerra mundial, cuando la mayoría de los primeros tomaron partido por la Alemania nazi. Finalizado el conflicto, en 1948, los afrikaners y los más conservadores de los blancos de origen británico dieron forma institucional al régimen de segregación (apartheid), lo que convirtió Sudáfrica en una de las vergüenzas del siglo XX.
La historia --mejor dicho, las historias-- que narra Lapierre en Un arco iris en la noche abarcan, fundamentalmente, el casi medio siglo del régimen que empezó a morir en 1990, cuando el Gobierno blanco, incapaz ya de controlar la situación, se vio forzado a abrir la mano.
Lapierre ha invertido tres años en investigar, reconstruir hechos y personajes, por lo que se trata de otro de sus trabajos cargados de datos (lugares, fechas, cifras) y sensaciones (incluidos pensamientos); esa mezcla le ha permitido elaborar una sentida descripción de los avatares de una tierra que aún hoy no se ha recuperado de décadas de humillaciones y violencia institucionalizada.
ENLACE DE INTERÉS: Breve historia y datos básicos de Sudáfrica, en la Wikipedia.
Edita PLANETA
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