El escritor británico David Lassman, cuya novela El templo de la libertad había sido rechazada por varias editoriales, decidió vengarse demostrando que hoy en día ni siquiera los libros más populares y contrastados de la historia de la literatura inglesa serían publicados.Dicho y hecho: Lassman acudió a 18 editoriales con una versión disfrazada de tres novelas de Jane Austen: Orgullo y prejuicio, La abadía de Northanger y Persuasión. El escritor cambió los nombres de los personajes y presentó las novelas con el seudónimo de Alison Laydee.
Sólo en una editorial Jonathan Cape sugirieron al escritor que se leyera la obra original de Austen...
Pero los especialistas del resto de editoriales cayeron en la trampa. Así, los lectores profesionales de Penguin, firma que hace un año había publicado una reedición de Orgullo y prejuicio, describieron los remakes de Lassman-Laydee como "realmente originales y de interesante lectura", aunque rechazaron su publicación alegando que los contenidos no se adecuaban a los criterios de la empresa. También picó el agente literario de J. K. Rowling --la autora de las aventuras de Harry Potter--, que no reconoció las novelas de Austen y dictaminó que muy probablemente no merecerían la atención de los editores.
David Lassman, que se ha autocalificado "el vengador de los escritores noveles que se han quedado en el camino", ha declarado sentirse satisfecho de los resultados alcanzados. Y no es para menos, pues a la postre ha logrado plantear una inquietante pregunta: ¿Cuántos autores clásicos habrían logrado actualmente publicar sus obras?
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Debe haber también algo de sensacionalismo por parte del autor que lo envió. Porque me parece muy difícil que no hayan notado el aire a Austen. Para mí que se los devolvieron por dos razones, o porque les olia a copia (sin tener que entrar en detalles con el autor), o bien porque no lo leyeron (lo cual no significa que desconozcan los libros de Austen. También podrían haberlo leido, no reconocer a Austen y no gustarles. Eso no es un drama. A mi Austen me aburre, a pesar de que tenga un hilo interesante en la narración.
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