En 1976, cuando Juan Carlos I nombró presidente de gobierno a Adolfo Suárez González, ex dirigente del Movimiento Nacional franquista, pocos fueron los que confiaron en la voluntad reformista del llamado franquismo sin Franco. Hasta entonces, Suárez sólo era medianamente bien conocido en ámbitos de la Administración, en TVE y en círculos de la derecha democrática que había plantado cara al Caudillo; pero su actitud dialogante en las responsabilidades que había ejercido con anterioridad alimentaron confianzas que él, discreto y tesonero, se encargó de confirmar ya en su discurso de investidura ante las Cortes heredadas del régimen dictatorial.
Suárez fue, sin duda alguna y por encima de otros protagonistas --incluido el Rey--, el corresponsable, junto a Torcuato Fernández-Miranda Hevia, de que las Cortes franquistas se hicieran el haraquiri. Ellos dos fueron los arquitectos del fin institucional del franquismo.
La tantas veces loada --e incluso sacralizada-- transición a la democracia adoleció de defectos y vacíos que sólo ahora, treinta años después, son perceptibles. Sin embargo, al margen de errores, es hora de recordar --sin sectarismos ni vergüenzas-- la personalidad política de Suárez, la suya y sin aditivos. Este libro de Federico Quevedo aporta luz sobre la personalidad de un político capital en la historia contemporánea de España al que en demasiados ocasiones se ha querido presentar como alguien que se limitó a ejecutar lo que decidían otros más poderosos. Sin embargo, Suárez era Suárez y como Suárez actuó.
Admirador de Karl Popper, el Suárez que retrata Quevedo es todavía un desconocido para millones de españoles. El contenido de Pasión por la libertad: el pensamiento político de Adolfo Suárez sorprenderá incluso a muchos de los que se declaran conocedores del primer presidente realmente democrático de una monarquía española.
Edita ALTERA
..
[Casi coincidiendo con la edición de Pasión por la libertad, también ha sido puesto a la venta Los que le llamábamos Adolfo, cuyo autor es Luis Herrero, periodista y actualmente eurodiputado del PP. Sobre este segundo libro referido a la figura del ex presidente de gobierno y líder de la desaparecida UCD, Adolfo Suárez Illana --hijo del biografiado-- ha realizado una serie de puntualizaciones para matizar varios aspectos. Para los interesados en conocer las causas por las que Suárez Illana ha criticado y denostado el contenido de Los que le llamábamos Adolfo, CDL ofrece el enlace a la bitácora Regio: Pulse aquí y lea]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
* CDL admite comentarios anónimos siempre que NO incluyan insultos ni difamaciones.
* CDL admite comentarios anónimos sempre que NON inclúan insultos nin difamacións.