El fundamentalismo religioso es uno de los fenómenos más inquietantes de cuantos padece la humanidad en la actualidad. Sin embargo, no es una enfermedad reciente. La oposición a los avances científico-técnicos y cuturales --unida a la ignorancia, al interés o a la conservación de prebendas heredadas-- están favoreciendo el renacimiento de las versiones más intolerantes del islam, que a fecha de hoy es la fe con rasgos mesiánicos que más acusa ese fenómeno; pero también se están revitalizando los movimientos intolerantes entre las elites y en amplios sectores sociales en los países de fe judáica y cristiana, sobre todo entre los católicos, con la curia vaticana a la cabeza.
Las interpretaciones literales de los dogmas y también el recurso a la violencia --incluida la violencia intelectual que con creciente asiduidad práctican los ultracatólicos-- no son exclusivos del islam ni de unos países determinados.
La autora de este libro, Karen Armstrong, reconocida especialista en historia de la cultura y de las religiones, explora las raíces del fundamentalismo y los rasgos que lo definen en las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo.
Desde 1492 --año de la expulsión de los judíos por parte de los llamados Reyes Católicos-- hasta finales del siglo xx --con el auge de las sectas cristianas de rasgos apocalípticos--, la humanidad ha experimentado un sobresaliente desarrollo científico, tecnológico y económico, con frecuencia al precio de la pérdida de identidad, al tiempo que ha aumentado el escepticismo y se han producido radicales cambios en cuanto a valores morales, éticos y también culturales. Armstrong, tras analizar las tensas relaciones entre la fe y el progreso, centra la atención en la batalla que los fundamentalistas han planteado y plantean, ofensiva que tiene efectos políticos y dificulta la convivencia.
Edita TUSQUETS
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