El autor de El cartero (y Pablo Neruda), Antonio Skármeta (Antofagasta, Chile, 1940), se supera a cada libro y logra hilar guiones y personajes tan singulares como representativos de la sociedad e ilustrativos de la condición humana.
La trama de Un padre de película es, en efecto, de película, pero totalmente creíble, a ratos dulce y a ratos cruel:
Todo empieza en Contulmo, el villorrio del sur de Chile donde reside el protagonista, Jacques, un adolescente que ha quedado marcado por la marcha de su padre, que un buen día abandonó a la familia alegando que un impulso irrefrenable le empujaba a regresar a su país de origen, Francia.
Poco a poco, Jacques digiere el episodio y normaliza su ida, a lo que contribuye en gran medida la profunda y enriquecedora relación de amistad que ha establecido con un compañero de colegio, Augusto. Un buen día, Augusto, con motivo de su cumpleaños, invita a Jacques a hacer una excursión a la ciudad y le propone visitar un prostíbulo a fin de disfrutar ambos de sus primeras experiencias sexuales.
Una vez en la urbe, Jacques se encuentra --¿casualmente?-- con su padre, quien le confiesa que abandonó Contulmo y rompió su matrimonio para iniciar una nueva etapa vital y compartirla con la hermana mayor de Augusto, una muchacha de sólo 19 años, con la que había tenido un hijo.
Edita PLANETA
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