¿Por qué fusilaron a mi padre?, preguntó un buen día un adolescente huérfano a Sacha, la mujer de pelo cano que una noche, cuando él todavía era niño, lo salvó de una muerte segura al estrecharlo entre sus brazos y alejarlo de una cabaña escondida en un bosque del Cáucaso ruso.
La respuesta a aquella pregunta infantil revela la conmovedora historia de los abuelos de Nikolai, las hambrunas del campesinado y la sanguinaria guerra civil que todos los rusos sufrieron, así como las atrocidades perpetradas por blancos y rojos en la Rusia de la década de 1920.
El relato --que en gran parte es autobiográfico-- describe la experiencia vivida por Pavel, el padre del niño protagonista, durante la Segunda Guerra Mundial, y las de sus compañeros del batallón disciplinario que fue utilizado como carne de cañón para liberar un campo de concentración.
La historia de la familia de ese niño --huérfano que años después llegó a médico militar-- también refleja el paso de un inocente por los servicios secretos de la URSS y la trastienda de un país que vivió un siglo XX convulso, cargado de supuestas glorias políticas y de ciertos probados sufrimientos personales.
El autor del libro, Andeï Makine, nació en 1957 en Krasnoiarsk (Siberia), y tras estudiar en Kalinin y Moscú, fue profesor de Filosofía en Novgorod. En 1987, ya con 30 años de edad, abandonó la URSS y se estableció en Francia, donde reside desde entonces. Todas sus novelas han sido traducidas a numerosos idiomas.
En 1995, Makine obtuvo los premios Goncourt y Médicis por el Testamento francés, novela a la que siguieron El crimen de Olga Arbélina, La música de una vida, Entre el cielo y la tierra y La mujer que esperaba. Pese al éxito del conjunto de su obra, por la que en 2005 mereció el premio de la Fondation Prince Pierre de Mónaco, Makine es un escritor que, como afirma Bernard Pívot: “Es demasiado secreto, reservado y exigente consigo mismo como para abandonarse a la menor muestra de satisfacción hacia su propia obra”.
Edita TUSQUETS
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