30 abr 2007

"Los kurdos, un pueblo en busca de su tierra"

Los kurdos constituyen el mayor grupo étnico del mundo sin estado, y habitan en un vasto territorio, el Kurdistán, que se extiende en seis países: Turquía, Siria, Irán e Irak, y en menor cuantía en Azerbayán y Georgia; amén de las decenas de miles dekurdos que han emigrado a Centroeuropa y Norteamérica.
Hasta hace apenas dos decenios sus demandas de autonomía o independencia apenas merecieron el interés del Primer Mundo. Tras la primera Guerra Mundial las grandes potencias les prometieron un estado propio, pero el sueño se desvaneció entre las presiones del nacionalismo turco, la reorganización territorial de Oriente Medio y los intereses de las multinacionales del petróleo, que apostaron por dar máxima relevancia a monarcas (jeques, sultanes...) fácilmente manipulables.
Durante el resto del siglo XX, la historia de los kurdos ha sido una larga lista de conflictos. Los gobiernos de Oriente Medio reprimieron con insistencia la cultura y la lengua kurdas, destruyeron miles de localidades e incluso gasearon a sus habitantes… Mientras, Occidente miraba hacia otro lado e incluso proporcionaba asistencia militar a los regímenes de la región, que casi nunca se han distinguido por su respeto a los derechos humanos.
Los kurdos son política e ideológicamente plurales, y nunca han sido una nación en el sentido estricto del término. Su lucha por la autodeterminación ha sido boicoteada por los poderes externos y también --es obligado decirlo-- tracicionada por los sectores kurdos que han colaborado con los gobiernos turco, iraní e iraquí.
Hoy, a medida que las secuelas de la invasión de Irak y otros acontecimientos crean un nuevo escenario en Oriente Medio, se han revitalizado las ansias de autonomía e independencia entre las poblaciones kurdas.
Noam Chomsky, con motivo de la publicación de Los kurdos, ha declarado que este libro es el "punzante testimonio de muchas décadas de horror secreto, de traiciones escandalosas y de obstinados silencios, no podría ser más importante ni oportuno. Escrito desde el conocimiento íntimo y en base a una intensa experiencia personal de la guerra y la paz, surcado de simpatía y comprensión, este notable relato resulta a la vez doloroso y ejemplar. Nos proporciona una visión incomparable del sufrimiento, el valor y las inquebrantables esperanzas de un pueblo que ha sufrido demasiado, en gran medida por culpa nuestra".
El autor, Kevin McKiernan, trabaja desde 1991 como corresponsal de prensa, informando sobre laactualidad y realidad del pueblo kurdo en medios de comunicación de Irak, Irán, Siria y Turquía.
Edita BELACQUA

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